Anoche soñé que se me caían los dientes. Al principio uno se desligaba de la encía y a partir de ahí sus compañeros seguían dicho rumbo. Lo peor de todo era que con mi lengua intentaba colocarlos en su lugar, pero esto duraba escasos segundos. A medida que seguía con mi actividad (la cual no era clara, sólo habían muchas personas caminando, hablando, riendo) trataba de evitar lo inevitable. Pero luego de cada intento el resultado era el mismo: Mi boca estaba llena de colmillos, molares, premolares e incisivos que paseaban, saltaban, rebotaban, parecían querer salir al anhelado exterior.
miércoles, 29 de octubre de 2008
sábado, 4 de octubre de 2008
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